jueves, 18 de febrero de 2010



INTRODUCCIÓN


En las siguientes páginas de este blog se desarrolla una amplia multitud de mujeres que se han dedicado a la música como composición y apenas se ha escuchado hablar de ellas o no se les ha dado el suficiente reconocimiento. Para saber un poco más de ellas, nos remontamos desde la Edad Media hasta nuestros días. Siendo estas las épocas de la historia en las que vivieron su auge:
  • - Edad Media
  • - Renacimiento
  • - Barroco
  • - Clasicismo
  • - Romanticismo
  • - Siglo XX-XXI


















lunes, 1 de febrero de 2010

Compositoras Españolas


COMPOSITORAS DE HOY


Mercè Torrents, pianista, cantante y compositora, nace en Barcelona el 12 de febrero de 1930. Es hija del notable violoncelista y promotor musical catalán Joan Torrents Maymir, de quien
recibe su innata facilidad creativa, formándose en un ambiente familiar favorable a toda actividad artística.

Realiza la carrera de piano en el Conservatorio del Liceo de Barcelona con el maestro Pere Vallribera, obteniendo las máximas calificaciones, para después perfeccionarse con Frank Marshall. Desarrolla también una notable labor como soprano en la Capilla Clásica Polifónica, dirigida por Enric Ribó, entre los años 1949 a 1957.
En el ámbito de la composición, Mercè Torrents fue inicialmente autodidacta, pero más adelante recibe los consejos del maestro Cristòfor Taltabull, quien le anima a proseguir por el camino de la creación musical. Por su obra recibe la felicitación de los maestros Eduard Toldrà, Ricard Lamotte de Grignon, Joaquim Zamacois y Joan Guinjoan.
Es autora de una extensa obra instrumental. Compone para piano, guitarra, saxo y para grupos instrumentales de diversa formación como dúos, tríos, orquesta de cámara y cobla, entre otros. Mercè Torrents ha sido protagonista como intérprete al piano de buena parte de los estrenos de sus obras con piano.
Tiene una importante producción vocal, principalmente para coro de voces mixtas y para voz solista y piano. Sus obras para voz en forma de lied –posiblemente lo más elevado de su producción- se caracterizan por musicalizar poemas de grandes poetas catalanes como son Josep Carner, Salvador Espriu, Pere Quart, Miquel Martí Pol Rafael Llop, Josep Colet, J. V. Foix o su hija Mercè Corretja. De muchos de estos poetas recibió testimonio de alegría y entusiasmo por la musicalidad de sus composiciones. Las composiciones que hoy se escuchan son arreglos de obras para voz y piano realizados por Claudio Ferrer con la revisión de la propia compositora.
De su producción de ámbito folklorizante en 1986 estrena el ballet A València, festa para piano y cobla, con el que consiguió un reconocimiento internacional y en 2003 estrena Retaule d’Olesa, ballet para cobla, del que hoy se escuchan algunas de sus partes en arreglos para guitarra sola.
Es miembro de la ’Associació Catalana de Compositors’ y ha participado en la V Muestra Catalana de Música Contemporánea y en muchas muestras de música contemporánea que realiza dicha asociación bajo el nombre de ’Avui música’. También en los ciclos de conciertos organizados por la Asociación ’Mujeres en la Música’ de la que es socia.
Mercè Torrents es un magnífico ejemplo de individualidad en la pluralidad de estéticas que se han generado a partir del magisterio de Cristòfor Taltabull. Su expresión sonora, que contiene reminiscencias del lenguaje de Mompou, está dotada de un melodismo singular y de armonías muy refinadas. Además se encuentra entre los autores catalanes que mejor han profundizado en la esencia musical de su geografía.



Mª Dolores Malumbres (Alfaro, La Rioja, 1931) es toda una “institución” en La Rioja. Compositora y profesora de Música de varias generaciones de músicos en activo algunos de los cuales están hoy en día repartidos por el mundo –Nueva York, Dresde, Cracovia, Lisboa- y otros disfrutando de su cercanía, mostrando sus aptitudes a partir de los conocimientos con ella adquiridos.

Malumbres comienza sus estudios musicales en su localidad natal apoyada técnicamente por su padre, José Luis Malumbres, violinista y compañero de estudios del compositor de la Generación del 27, Fernando Remacha. Consigue los primeros grados de solfeo y piano en Córdoba en 1948. Inicia estudios finales de piano, armonía y análisis con Remacha, y obtiene en el Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid el título correspondiente de piano como alumna libre, si bien continúa estudiando con éste hasta 1957. Finaliza estudios de armonía en 1956 y de contrapunto, composición y fuga en 1957, como alumna libre, en el Conservatorio Profesional de Música de Zaragoza.

Forma a partir de 1951 una agrupación coral en Alfaro y comienza a impartir clases particulares de piano, armonía, análisis y composición, labor que ejerce hasta la actualidad, destacando el periodo entre 1984 y 1987 en los que imparte 'Análisis y Armonía' en el Conservatorio Profesional de Música de Logroño. Estrena en 1953 con la soprano Mª Eva Zabalza las Seis canciones vascas y Cartel de Fiestas para piano solo, ambas de Remacha, siendo la primera dedicada a Mª Dolores. Paralelamente comienza a escribir música: en 1954 estrena Cuarteto de cuerda por el Cuarteto Alvira de Pamplona, siguiéndole las Tres canciones castellanas en 1955.

Tras un extenso paréntesis para dedicarse a su familia retoma estudios, orientándose decididamente a la música contemporánea, realizando entre 1980 y 1987 cursos de composición, análisis, piano contemporáneo y grafías musicales con Carmelo Bernaola, Luis de Pablo, Luigi Nono, Pedro Espinosa, Agustín González Acilu y Albert Sardá.

Sus obras a partir de este momento muestran un carácter no tonal, con una fuerte tendencia contrapuntística, y escribe para diversos instrumentos a solo, formaciones camerísticas y orquestas, siendo su música estrenada en ciudades de toda España y en Europa: Logroño, Pamplona, Bilbao, Vitoria, San Sebastián, Santander, Valladolid, Zaragoza, Madrid, Alicante, Perelada, Bayona o Dresde, entre otros lugares.

La obra de Mª Dolores es reconocida a nivel nacional, estando presente en Festivales tales como el COMA de Madrid o el Festival Internacional de Música Contemporánea de Alicante y es apreciada por los mejores especialistas y críticos musicales. Si bien en La Rioja es conocida y querida a nivel personal, sin embargo parece que es fuera -como habitualmente ocurre, mal nacional- donde se le valora de una manera especial. Esperamos que a partir de este homenaje la compositora sea reconocida musicalmente en su tierra como se merece y se prodigue más en los escenarios locales.


Mercé Capdevila. Nace en Barcelona. (1946)
Estudios musicales en el Conservatorio Superior Municipal de Barcelona.Simultániamente estudió artes plásticas en la escuela Massana (Barcelona) y en Kunsthand Werk Schule de Pforzheim (Alemania) con el profesor Edward Mosny. Posteriormente trabajó la música electroacústica en el laboratorio Phonos (Barcelona) con el profesor Gabriel Brncic i asiste a cursos de composición con Luigi Nono, Josep M. Mestres-Quadreny, Corian Aharionan, LLuis Callejo, Carmelo Bernaola y Luis de Pablo.
Sus obras han sido interpretadas en Centros musicales de Europa, Canadá y América. Ha recibido varios encargos del CDMC. del Ministerio de Cultura de Madrid y de la Asociación Catalana de Compositores (Barcelona) Trabajó durante el año 1993-94, en el estudio de Aaron Copland de la Universidad de New York en Qeens College como compositora invitada. Monográficos de sus obras en 2 CDs, y otras obras grabadas en CDs colectivos. Obras en Radio Nacional, Catalunya Música y Radio Francia.
Es miembro de la Asociación Catalana de Compositores y miembro fundador de la Asociación de Música Electroacústica de España.


Mercedes Zavala nació en Madrid en 1963, estudiando en el Conservatorio de esta ciudad piano y composición. En su trayectoria como compositora tuvo especial incidencia el compositor Malcolm Singer (profesor de la Guildhall School y actual director de la Yehudi Menuhin School de Londres).

Sus primeros estrenos fueron en Inglaterra y después en varios paises europeos. En 1995 la Western Illinois University (EEUU) le encargó una obra para el Hispanic Culture Festival, invitándole también a dar una serie de conferencias y recitales en los que estrenó al piano obras propias y de su alter-ego Sara-Clarabella Max. Desde 1999 tiene también una presencia continuada en España en varios festivales y conciertos.

Aparte de esta carrera pública más o menos estándar habría que destacar, como jalones importantes para la formación de su pensamiento musical, la fundación del grupo teatral-musical Secuencia y el aprendizaje de la percusión y la rítmica africana que culminó con su viaje a Senegal en 1996.

Entre las actividades que despliega en otros campos pueden enumerarse brevemente, como un perfil de las inquietudes sobre las que se conforma su pensamiento creativo: el ejercicio de la docencia (armonía y composición), que desde hace más de 15 años desarrolla en el Conservatorio Teresa Berganza de Madrid, su vinculación a la investigación musical feminista (miembro desde el año 2000 del Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid y Presidenta de la Asociación Mujeres en la Música desde marzo de 2007), su formación filosófica (licenciada por la UNED en 1996), y la persistente influencia de la literatura en su obra.

Sonia Megías López

Compositora nacida en Almansa (Albacete) en 1982.Su temprana vocación musical la empuja a comenzar sus estudios a la edad de 5 años, con lo que aprende piano y viola en su ciudad natal,y composición en Murcia.
Paralelamente, improvisa en grupos de índole variada y recibe clases de especialización musical por parte de profesores como Karlheinz Stockhausen, Joshua Fineberg, Félix Santos, Mesías Mahiguashca, Juan Mª Solare o Arturo Moya.

Recibe distintas becas artísticas con las que continúa su formación: Erasmus (Trieste, 2003),
Academia de Francia en Roma-Villa Medici (Roma, 2005), Basically Modern Arts Sanctuary (New
York, 2008), I-Park (Connecticut, 2008), Casa de Velázquez (Madrid, 2009).
En su faceta docente, ha impartido cursos y talleres en diversos centros, destacando el C. P. M.
de Cieza (Murcia, 2007-08), el C. P. M. de Almansa (2008), la Universidad de Castilla-La Mancha
(2008), la escuela Estudio 3 de Madrid (2008) o el C. S. M. de Las Palmas de Gran Canaria
(2009).
Como compositora e investigadora musical, ha trabajado para instituciones como la Revista
Docenotas (2006), la Orquesta Nacional de Jazz (2006-07), la Real Escuela Superior de Arte
Dramático (2007), o el coro “Voces Bravas Contemporáneas”, proyecto que dirige desde 2006.
Actualmente vive entre Madrid y Nueva York, recibiendo encargos a nivel internacional, con los
que ha visto estrenadas sus obras en distintos festivales y eventos, destacando:
- XXV Festival de Música de Alicante (Alicante, España, 2009).- estreno de …Es Particular
(ensemble, 2009), encargo del INAEM-CDMC
- XXXII Festival de Teatro Clásico de Almagro (Almagro, España, 2009).- estreno de la música
escénica para la obra La celosa de sí misma, de Tirso de Molina (cuarteto de cuerda, 2009)
- Concierto Música/Artes visuales: Interrelaciones (Embajada de Francia en Madrid, 2009).-
estreno de Retórtolis (multimedia con voces, 2009), obra becada por la Casa de Velázquez
- Concierto-Homenaje a Alfonsina Storni (Consulado de Argentina en Nueva York, EEUU, 2009).-
estreno de ¿Te acuerdas? (soprano y piano, 2008)
- Concierto Monográfico-Conferencia con Sonia Megías, Fundación Entredós (Madrid, 2009).-
reestrenos de Ajedrez (violín y violonchelo, 2004), Shelley I (clarinete, 2004), Pequeña Suite
Peninsular (quinteto de viento, 2004), Mmngieaaou (SATB para imagen, 2006), Pablanas (dos
violonchelos y acordeón, 2008) y L/Baila (9 voces iguales, 2008); estreno de Shelley II
(acordeón, 2009)
- Festival Ruidocracia-Matadero (Madrid, 2008).- reestreno de Mmngieaaou (SATB para imagen,
2006), estreno Bravo, Voces (SATB, 2008)
- I Concierto Fémina Clásica, organizado por la Fundación Autor en el Auditorio del Cuartel del
Conde Duque (Madrid, 2008).- estreno de L/Baila (9 voces iguales, 2008)
- La Noche en Blanco (Madrid, 2008).- reestreno de Mmngieaaou (coro SATB para imagen, 2006)
- Temporada de conciertos del CDMC, en el Auditorio 400 del MNCARS (Madrid, 2008).- estreno
en España de Mal(in)con(i)ci (pequeño ensemble para imagen, 2004)
- Concierto-charla An evening with Sonia Megías López (Womens Club of Arlington, EEUU,
2006).- reestreno de Tango nº2 (contrabajo y piano, 2003)
- Concerts at Smithsonian National Contemporary Art Museum (Washington, EEUU, 2005).-
reestreno de Tango nº 2 (contrabajo y piano, 2003)
- I Festival des Jeunes Musiciens Européens (Bordeaux, Francia, 2004).- estreno de Pequeña
Suite Peninsular (quinteto de viento, 2004)
- Festival Internazionale di Cinema Muto Musicato dal Vivo Strade del Cinema (Aosta, Italia,
2004).- estreno de Mal(in)con(i)ci (pequeño ensemble para imagen, 2004)



viernes, 29 de enero de 2010

Compositoras del Postromanticismo y Siglo XX

Emiliana de Zubeldía vio por primera vez la luz en una pintoresca aldea de montaña frente al valle de Guazálaz, provincia de Navarra, el día de San Nicolás en el año de 1888.

El repicar de las dos campanas de San Miguel, con un tono de intervalo sonoro entre ambas, se fue deslizando por debajo de la piel de Emiliana para aflorar años más tarde en la melodía de una de sus canciones.

Emiliana, una jovencita de apenas 15 años, partió a Madrid para solicitar exámenes a título de suficiencia del primero y cuarto grado de piano. Dos años más tarde, realizaría una operación semejante para examinarse de los grados quinto a octavo. El 26 de septiembre de 1906 ingresó finalmente al Conservatorio de Música y Declamación de Madrid, con ocho papeletas de examen que ostentaban indistintamente el predicado de “sobresaliente”. A sus 17 años, Emiliana estaba lista para vuelos de mayor altura.

El éxodo hacia París de los artistas españoles antecesores y contemporáneos de Emiliana empezó a atraer poderosamente su atención y ella se hallaba lista para ese gran salto. Viajó a París y se inscribió en el histórico edificio de la Schola Cantorum de esa importante urbe, bajo la dirección del connotado maestro fundador de la misma, Vincent d’Indy. Por la Schola desfilaron las más grandes figuras del mundo musical: Albert Roussel, Erik Satie, Isaac Albeniz, Deodato de Severac, Magnard, Vierne, Koechlin, Turina, Messiaen, Milhaud.

Emiliana, reconocía orgullosa, haber tenido los mejores maestros del mundo de esa época y humildemente decía: “Debo decirlo, yo les debo todo a ellos. Me tuvieron paciencia. Por supuesto que yo también era una caprichosa y amiga de hacer mis ideas, y me enseñaron a respetar las otras… y las respeto”.

En la Schola Cantorum completó su formación musical con el estudio del órgano, violín, el canto, la dirección coral y orquestal. El maestro Debussy, junto con las brumas sonoras de las imágenes, el mar, los nocturnos, rondas de primavera, el martirio de San Sebastián, abrió las compuertas de su espíritu curioso, inquisitivo, audaz.

El París que vivió Emiliana en los años veinte recogía ya los frutos del movimiento innovador de la primera década. Había muerto Debussy, pero Ravel y Stravinski continuaban produciendo conciertos, óperas y obras para los Ballets Rusos de Diaghilev, a los que se unió Emiliana como pianista de ensayos.
París fue realmente un torbellino hospitalario, que sin cuestionamiento alguno acogió a Emiliana y la lanzó por los caminos de Bélgica, Suiza, Alemania, Italia e Inglaterra.







María Teresa Prieto nació en Oviedo en 1896 en el seno de una familia interesada por la cultura; se formó en Asturias, Madrid y México donde residía su hermano y donde se refugió, en 1937, como consecuencia de la Guerra Civil. María Teresa no volverá nunca a su patria y morirá en el país americano en 1982. Sin embargo, su música siempre traslucirá el cariño y el recuerdo de su Asturias natal. Ejerció su trabajo creador con discreción y casi con timidez, a pesar de los cual sus obras fueron elogiadas e interpretadas por personajes como Erich Kleiber, Carlos Chávez, Ataúlfo Argenta, Manuel Ponce y el mismísimo Igor Stravinsky. Una de las figuras más importantes de la música española de la segunda mitad del siglo XX y quien esto firma es sólo producto de la casualidad y no de parentesco familiar alguno.

En términos generales podría decirse que la música de María Teresa Prieto suena familiar, aún sin haberla oído nunca, probablemente porque está construida empleando melodías, giros y modos muchas veces basados en el folclore de su tierra, claramente identificado o sólo sugerido.

Sus tres sinfonías, que siguen el esquema clásico, llevan un subtítulo. La primera, “Asturiana” (1942) es una verdadera carta de presentación, en la que se advierten ideas folclóricas muy estilizadas desarrolladas por medio de una gran orquestación. La segunda, "Sinfonía breve”, (1945) destaca por la sencillez de la inspiración y es la imagen sonora de paisajes añorados; María Teresa la llamaba su “sinfonía pastoral”. La tercera, "Sinfonía de la danza prima", (1951), se abre con un movimiento cortesano y solemne como corresponde a la antigua “danza prima” asturiana. Los otros dos resultan algo más que una evocación, casi un retrato de los ritmos y aires asturianos.

Impresión sinfónica, la primera obra sinfónica de la autora y con la que se abre este disco, data de 1940 y es música descriptiva de un paisaje bucólico, transparente e indefinido; requiere el concurso de un piano que se integra con la orquesta. Palo verde, de 1967, es una suite de ballet, formada por cinco tiempos de carácter danzarín, sencillo y directo. Los Cuadros de la naturaleza (1965-67) es un díptico descriptivo formado por dos movimientos: “Asturias” y “El valle de México”, en los que María Teresa emplea la técnica dodecafónica. También emplea la técnica serial en Tema variado y fuga, en estilo dodecafónico, página dedicada a su sobrino Juan Luis Prieto. Otro sobrino, el violonchelista Carlos Prieto, es el destinatario de Adagio y fuga, de 1948, que es una especie de concierto para violonchelo y orquesta en la que se puede apreciar la habilidad de la autora para la instrumentación.



Galina Ivánovna Ustvólskaya (1919-2006). Fue una compositora rusa de música clásica.Estudió desde 1937 hasta 1947 en la universidad asociada al Conservatorio de San Petersburgo. Seguidamente se hizo estudiante de posgrado y pasó a enseñar composición en la universidad. Su profesor de composición, Dmitri Shostakóvich, que rara vez felicitaba a sus estudiantes, dijo de ella: "Estoy convencido de que la música de Galina Ustvólskaya conseguirá renombre mundial, y será valorada por todos aquellos que perciben que la verdad en la música tiene importancia de primer orden."

En distintas ocasiones Shostakóvich la apoyó en la Unión de compositores soviéticos, en oposición a sus colegas. Le envió a ella algunos de sus trabajos propios y otros inacabados, dándole gran valor a los comentarios que ella hiciese. Algunas de estas piezas contienen incluso citas extraídas de las composiciones de su pupila; por ejemplo, empleó el segundo tema del Finale del trío de Clarinete de Ustvólskaya a lo largo de su 5to. Cuarteto de cuerdas y en su Suite Michelangelo n°9. La relación artística e íntimamente espiritual entre ambos ha sido comparada con aquella que sostuvieron Schoenberg y Webern.

Fue pupila de Shostakóvich entre 1939 y 1947, pero sin embargo retuvo muy poca influencia de su estilo a partir de los años cincuentas. Como modernista que era realizó pocas presentaciones públicas; hasta 1968 ninguna de sus obras, aparte de las piezas patrióticas escritas para uso oficial, había sido interpretada. Hasta la caída de la unión soviética, sólo la sonata para violín de 1952 ha sido tocada con cierta frecuencia, pero desde entonces su música se ha visto programada con cada vez mayor regularidad en repertorios de occidente.

Ustvólskaya desarrolló un estilo propio muy personal, del que dijo: "No hay el menor vínculo entre mi música y la de cualquier otro compositor, vivo o muerto". Entre las características de su estilo están: el uso de repetidos bloques de sonidos homofónicos, lo cual indujo al crítico danés Elmer Schönberger a apodarla "la dama con el martillo"; inusuales combinaciones de instrumentos (por ejemplo ocho contrabajos, piano y percusión para la Composición N°2); uso considerable de dinámicas extremas (como en su Sonata para piano N°6); empleo de grupos de instrumentos con el propósito de introducir clusters, y el uso de piano o percusión para desarmar rítmos inmutables regulares (todos los trabajos atribuidos a ella usan piano o percusión, y muchos ambos).

Su música no fue "vanguardista" en el sentido comúnmente aceptado de la palabra, y por esta razón no fue abiertamente censurada en la Unión Soviética. Sin embargo, fue acusada de no querer comunicarse y de "estrechez" y "obstinación". Es sólo en los últimos tiempos que sus críticos han comenzados a entender que estas supuestas definencias eran en realidad las cualidades distinguibles de su música. El compositor Boris Tishchenko ha comparado oportunamente la "estrechez" de su estilo, con la luz concentrada de un rayo láser capaz de perforar metal.

Sus trabajos de los años cuarenta y cincuenta suenan a veces como si hubieran sido compuestos hoy. Su idealismo específico era mantenido por una determinación casi fanática, esto debe interpretarse no sólo como un rasgo típicamente ruso, sino además, -en palabras de Dostoievsky- como un rasgo "San Peterburgués". Shostakovich escribió a Ustvólskaya: "No eres tú quién es influenciada por mí; más bien, soy yo quien soy influenciado por ti".

Todas las obras de Ustvólskaya son de gran envergadura, en la intención, sin importar cuánto duren o cuántos músicos se vean involucrados. Su música está basada grandemente en conceptos de tensión y densidad.

jueves, 28 de enero de 2010

Compositoras del Romanticismo

























Clara Josephine
Wieck de Schumann (Leipzig, 13 de septiembre de 1819 – Fráncfort del Meno, 20 de mayo de 1896), esposa del compositor Robert Schumann, fue una de las principales pianistas de la época romántica, además de compositora. Con Johannes Brahms(1833-1897), otro gran compositor del siglo XIX, cultivó una amistad que duró hasta la muerte. Clara fue admirada por otras personalidades de la época, como Goethe, Felix Mendelssohn, Frederic Chopin y Nicolo Paganini. Además de ser pianista, escribió su propia música y editó muchas obras de su esposo. Aunque no compuso mucho, las obras que conservamos de Clara tienen gran mérito. Escribió música para piano solo, canciones para voz y piano, música de cámara y obras orquestales.
Las razones por las que no se dedicó en mayor grado a la composición, a pesar de su talento evidente, fueron varias, entre ellas su carrera de concertista, sus ocho hijos, la devoción por su esposo y el papel de la mujer en el siglo XIX. Clara tuvo una formación musical privilegiada, lo que junto con su comprensión musical y habilidad le permitía abordar exitosamente la composición. Sin embargo, alguna vez escribió en su diario: «Alguna vez creí que tenía talento creativo, pero he renunciado a esta idea; una mujer no debe desear componer. Ninguna ha sido capaz de hacerlo, así que ¿por qué podría esperarlo yo?» Clara tuvo una gran fortaleza espiritual que le permitió soportar una vida dura como artista y llena de tragedias en el ámbito personal, como la separación de sus padres, la muerte prematura de varios de sus hijos y el intento de suicidio y la posterior muerte de su esposo. Pero también tenía también algunas inseguridades.
Como compositora, por ejemplo, dudaba de su talento, sin importar que fuera evidente. No se consideraba bella físicamente, a pesar de que nos consta que era una hermosísima mujer. E incluso como pianista, después de escuchar a Liszt -quien, por cierto, la admiraba y la reconocía como gran pianista y compositora- pensaba que, si bien tocaba mejor que las mujeres pianistas de la época, no tenía nada que hacer frente al virtuoso de origen húngaro. Como hemos visto, Clara no era precisamente una mujer «feminista». Sin embargo, fue una mujer fuera de serie en muchos aspectos. En aquel entonces, era frecuente encontrar «niñas prodigio» que tocaban muy bien obras de gran dificultad y conquistaban al público amante de la música. La mayoría de estas jóvenes, cuando llegaban a cierta edad, dejaban el concertismo y se dedicaban al hogar, a dar clases o a otras actividades musicales, alejadas de los escenarios. A diferencia de estas mujeres, la carrera de Clara continuó en los más altos niveles profesionales hasta pocos años antes de su muerte. Realizó alrededor de cuarenta giras de conciertos por el continente europeo y en todos lados era recibida con los más altos honores.

Fue una profesional en el sentido económico también: cobraba dignamente, igual que los otros virtuosos de la época, pues fue por mucho tiempo el único soporte de la familia. Clara fue la hija menor de Friedrich Wieck y Marianne Tromlitz. Su padre era un reconocido maestro de piano y tenía un negocio de venta de partituras y de pianos. Su madre era una renombrada cantante y pianista. Su padre planeó para Clara una vida de concertista. Se preocupó por darle una formación completa, desde muy niña, con los mejores maestros disponibles: además de piano estudió canto, violín, instrumentación, contrapunto y composición. Friedrich le inculcó a su hija una férrea disciplina y actuó como su agente promotor para conseguirle presentaciones en Europa. Dio su primer recital en la Gewandhaus de Leipzig -una sala de conciertos de gran renombre hasta nuestros días- a los 11 años y al año siguiente se fue de gira a París, con bastante éxito. Ese mismo año, se publicó en Alemania una obra de Clara titulada Cuatro polonesas para piano. Dos años más tarde, en 1833, comenzó la composición de un concierto para piano, que terminó en 1835 y fue publicado en 1837.

Clara escribió entre 1834 y 1836 una colección de 6 piezas para piano solo que forman su Opus seis, llamado Soirées Musicales. Este título se refiere probablemente a las reuniones o tertulias musicales que eran frecuentes en el siglo XIX. La primera pieza del Opus 6 lleva por nombre «Toccatina». Una «toccata» es una obra virtuosa, brillante, así que una «toccatina» es una «pequeña toccata».
Cuando Clara tenía 11 años, llegó un músico 9 años mayor que ella a estudiar con Friedrich Wieck. Se trataba de Robert Schumann, quien era entonces un personaje desconocido con inclinaciones literarias, que se iniciaba en la composición y que quería seguir la carrera de concertista. Entre Robert y Clara se forjó una cálida amistad a pesar de la diferencia edades. Pronto la amistad se transformó en amor y en 1837 pidieron permiso al padre de Clara para casarse, pero Friedrich Wieck se opuso, argumentando que Robert era alcohólico, tenía propensión a las enfermedades mentales y no podía mantener a Clara. Entonces empezó una ardua batalla legal, que ganaron los novios y se casaron en 1840. Pero Robert se lastimó una mano y tuvo que olvidar sus esperanzas de convertirse en pianista virtuoso, así que se dedicó a escribir música y crítica musical. Clara, desde muy joven, comenzó a tocar en público las obras de Robert, quien se dedicó a escribir exclusivamente para piano.

El amor entre ambis era muy fuerte, Robert componía la mayoría de sus obras para ella. Clara estuvo alejada de la composición por mucho tiempo hasta que quiso hacer un variación de un tema de Robert, lo que veía muy complicado. la carrera de Clara continuó en los más altos niveles profesionales hasta pocos años antes de su muerte. Realizó alrededor de cuarenta giras de conciertos por el continente europeo y en todos lados era recibida con los más altos honores. Fue una profesional en el sentido económico también: cobraba dignamente, igual que los otros virtuosos de la época, pues fue por mucho tiempo el único soporte de la familia.

Obras para piano de Clara Schumann:
  • Clara Schumann Piano Works. Eickhorst, Konstanze, piano, CPO Digital Recordings, 1999.
  • Robert and Clara Schumann Lieder. Bonney, Barbara, soprano / Vladimir Ashkenazy, piano, Londres, London Digital, 1997.
  • Clara Schumann and Her Family. Witoschynskyj, Ira Maria, Alemania, MDG, 1996.
  • Reich, Nancy. Clara Schumann. The Artist and The Woman. Revised Edition, Nueva York, Cornell University Press, 2001.
  • Chisell, Joan. Clara Schumann, Buenos Aires, Vergara,dadecaedro en 1985.


Compositoras del Romanticismo

Pauline Viardot-García (1821-1910). De origen español, nació en París; se destacó como mezo-soprano y también como compositora. Era hija del tenor y compositor Manuel García (1775-1832) y hermana de la destacada soprano María Felicità García (1808-1836), conocida como La Malibrán, tenía una gran colección de nocturnos, arietas y romanzas, aunque su carrera fue breve pués murió joven a causa de un accidente.(Recientemente, la soprano Cecilia Bartoli le ha rendidoun homenaje en un interesante disco titulado “María” en el que aparece una de sus composiciones,”Rataplan”.) Pauline Viardot-García compuso varias operetas: Le Dernier Sorcier; L’ Ogre; Trop de Femmes; además de varias canciones. Otra razón por la cual Pauline Viardot debe figurar en cualquier libro de historia de la música que se respete, es el haber transportado gran cantidad de música rusa a Occidente.

Fue un personaje extraño y dispar. Siguiendo la herencia paterna, cantó en Londres su primera Desdémona (del Otello, de Rossini) tan sólo a los 18 años. El rol, ciertamente empeñativo, la consagró como la gran intérprete mundial del aria del Sauce . El hecho de haber sido primera figura de la Ópera de San Petersburgo durante muchos años, la acercó a personajes centrales de la música rusa, tales como Rímsky-Korsakov, Tchaikóvsky y Mussórgsky. Empero, la más interesante actividad desarrollada por Viardot fue sin duda la composición.

La artista mantuvo una estrecha relación con Massenet, Gounod y, particularmente, con Gabriel Fauré. Este último llegó a comprometerse en matrimonio con la hija de Viardot, de nombre Marienne, y es sabido que el episodio depresivo sufrido por el gran compositor de mélodies françaises estuvo asociado con la ruptura de tal compromiso. Bajo dicha influencia, Fauré compuso dos de sus más geniales mélodies : Les berceaux (Las canciones de cuna) y Aprés un rêve (Después de un sueño) Viardot-García abordó la composición con notable seriedad y rigor. De su pluma surgió la ópera cómica Le dernier sorcier (El último brujo), a la par de una importante cantidad de mélodies , provenientes de textos de diferentes autores. Las melodías más conocidas –popularizadas por la mágica voz de Cecilia Bartoli– son tal vez Havanaise , Hai luli! y Les filles de Cadix , cuyo texto le fue dedicado por el propio Alfred de Musset. Otras de sus melodías –en su momento enormemente populares– son L’Absence, C’est moi, e Ici-bas tous les lilas . Pauline Viardot, George Sand , Lola Montes y La Belle Otero fueron incipientes muestras de una liberación de género que resultaba imperativa a la altura de los tiempos. En honor de la artista, pero en especial de la Mujer, nos permitimos citar los versos terminales de los Poemas en prosa , de Turgénev, a ella apasionadamente dedicados: “¡Quédate y déjame participar de tu inmortalidad, o deja caer en mi alma un reflejo de la misma!”.


Havanaise por Cecilia Bartoli





martes, 26 de enero de 2010

Compositoras en el Clasicismo

Marianna Martínez (1744-1812) fue una reputada compositora del clasicismo, protegida de Pietro Metastasio, alumna de Franz Joseph Haydn, de Porpora y de Hasse, admirada por Mozart y Beethoven. Se trata de un personaje singular por su condición femenina y por su origen remotamente español. Pertenecía a una familia carlista que se trasladó desde Nápoles a Viena cuando el archiduque fue coronado emperador de Alemania. A pesar de su apellido, no hablaba español y su cultura era fundamentalmente cosmopolita. Sus composiciones responden a la moda de su época y presentan una buena factura. Este espectáculo, programado por el Festival de Otoño de Madrid, responde a una labor de rescate y de reivindicación, interesante y modesta, pero realizada con dignidad. Bajo el largo título Mariana Martínez (1744-1812), retrato de una compositora. De lo efímero, obsesivo e inalcanzable del amor: cantatas, sinfonía y concierto, el repertorio escogido nos da muestra de su quehacer en lo vocal y en lo instrumental. Cuatro cantatas escénicas a solo, con libreto de Metastasio, configuran el espectáculo teatral, que se completa con una sinfonía a modo de preludio y un concierto como intermedio. Las dos sopranos que alternaron en la interpretación de las cantatas, Olga Pitarch y Sylvie Athaparro, estuvieron entregadas e hicieron buenas interpretaciones. Mostraron bellas voces y arte exacto, aunque una dicción no siempre comprensible. Los músicos reunidos para formar la orquesta no eran malos, pero estuvieron desajustados. El director Juan Bautista Otero impuso cierto tedio y agravó los errores, impidiendo que aflorara el gracejo de las melodías, a pesar de la calidad de las cantantes y de las músicas. Su tarea como musicólogo e impulsor del proyecto es muy superior a su hacer como director. La puesta en escena fue aseada, pero estuvo encorsetada por una pretenciosidad impropia para de unas cantatas y con exceso de movimientos injustificados. El vestuario de Imma Rondan fue magnífico y dio mucho juego, aunque quedó mermado por la mala iluminación y unas pelucas de aquelarre. A pesar de estos fallos, el conjunto de la producción constituyó un estimable esfuerzo y un interesante homenaje a la compositora Mariana Martínez. El público lo escuchó todo con agrado y aplaudió con cortesía.


María Teresa Von Paradis: Nacida el 15 de mayo de 1759 y muerta el 1º de febrero de 1824, prácticamente cuando alcanzaba el uso de razón quedó completamente ciega y no obstante ello pronto se convirtió en la más celebrada de las pianistas Europeas de su tiempo, luego de haber recibido lecciones del famoso Holandés Ricter y más tarde con Koseluch, quien no vaciló en componer conciertos solistas para el teclado, a fin de que ella los ejecutara ante el público, cosa que igualmente hizo en varias ocasiones nadie menos que Amadeus Mozart, quien después de haberla escuchado en ella halló fiel intérprete de su pensamiento sonoro. Igualmente se destacó como organista de conciertos y como cantante habiendo recibido lecciones de Righini y composición y contrapunto con Friberth y con el abate Vogler. Hija de un noble barón, consejero imperial, tuvo como madrina a la Emperatriz María Teresa de Austria, quien fue su protectora, al concederle una pensión anual de 200 florines. En el año de 1784 se radicó en París y allí hizo amistad con su parienta María Antonieta de Habsburgo, reina de Francia, quien la presentó como noble y como artista ante la corte, siendo aplaudida y ampliamente reconocida por los estamentos intelectuales. De París siguió a Londres donde estuvo una temporada de medio año siendo recibida por el monarca inglés quien la encomendó al príncipe de Gales, por entonces celebrado violonchelista y luego compositor, con quien tocó en ocasiones varias sonatas para chelo y piano. Paseó por Bélgica y otras cortes Europeas, logrando éxitos enormes. Finalmente volvió a Viena para quedarse allí, donde escribió la mayoría de su abundante obra musical, valiéndose de un sistema de escritura musical inventado, para ella, como ciega, por su famoso amigo Riedinger. Se conocen de su pluma “Ariadna y Baco”, melodrama estrenado en 1791 con presencia del emperador Leopoldo; una pastoral de 1792, la cantata “Monumento nacional” compuesta por la ejecución de Luis XVI y María Antonieta; la ópera mágica “Rinaldo Algina”, estrenada en Praga. Muchos son sus tríos para piano, violín y chelo, como también canciones y partituras de cámara. Para orquesta de cámara se ha hecho su bellísima Siciliana.

domingo, 24 de enero de 2010

Compositoras del Barroco

Francesca caccini: (1587-1640) En Italia la hija del compositor y cantante Giulio Caccini, nacida en 1587, destaca por sus obras y por ser la primera mujer que escribe una ópera. Francesca escribió cinco óperas, cuatro de las cuales se han perdido (solamente ha sobrevivido La liberazione di Ruggiero, hace poco recuperda por un grupo suizo). Igualmente compuso obras religiosas, seculares, vocales e instrumentales. La única colección que perdura es una publicación de 1618, Il primo libro delle musiche. Ella escribía claramente para su propia voz y su capacidad. Como las óperas que en ese momento se escriben, también esta compositora incluye la danza en su obra. Escribe otras muchas partituras sobre textos del joven Miguel Angel Buonarotti, así como libros de canciones a una, dos y tres voces. Lo mismo que sus contemporáneos, además de escribir, era cantante, virtuosa del clave, el laúd y la guitarra.A principios de su carrera actuaba con sus padres, hermano y hermana con el nombre de Concerto Caccini, pero más adelante formó grupo con su hermana Settimia y el ejecutante romano Vittoria Archilei. En esta época recibió en ocasiones el nombre de la Cecchina. Durante este tiempo empezó a desarrollar su habilidad como compositora. Conjuntamente con el libretista Michelangelo Buonaroti (sobrino del magnifico artista) escribió música para muchos intermedios en la Corte de los Médicis y también empezó a escribir las recién estrenadas óperas. Antes de 1618. era uno de los empleados mejor pagados de la corte y cobraba más que su padre. En 1625, obtuvo uno de sus mayores éxitos con la ópera La liberazione di Ruggiero dall'isola d'Alcina, compuesta para la visita del príncipe Ladislaus Sigismondo, ópera que fue interpretada asimismo en Varsovia en 1628, siendo esta la primera ópera italiana representada fuera de sus fronteras. Los datos de los últimos años de su vida son escasos. Existen documentos en que aparece una Francesca Caccini, esposa de un senador, muerta en 1640, aunque otras fuentes datan su muerte en 1630.Esta compositora está totalmente inserta en el barroco musical que no se corresponde de manera exacta con las otras artes.


Barbara strozzi: (1619-1677) Fue una cantante y compositora del Barroco. Por sus magnificas canciones con acompañamiento de bajo continuo. De un gran sentido dramático. La invención melódica y el dominio del contrapunto, así como el dramatismo con que dota a su música, hacen a esta compositora ser tan apreciada en su tiempo como lo fuera su maestro Francesco Cavalli, a su vez alumno de Claudio Monteverdi. Actualmente hay una recuperación importante de su obra, no es raro encontrarla programada por grupos especializados en música antigua, inclusive intérpretes como Maria Bayo se interesan por ella. Entre sus innumerables obras, la titulada Las tres gracias y Venus, es una de las muchas que está editada en CD. Los elementos propios del barroco italiano, como son los cambios continuos de tempo, lo que ellos llamaban el affetto, y las numerosas ornamentaciones, enriquecen la música. No cabe duda de que esta partitura nos ilustra perfectamente sobre su gran sentido melódico. Si escarbamos un poco en algunos tratadistas de la época, fundamentalmente en España, nos tratan muy mal. Defectos que en la práctica musical pueden darse en todos los estudiantes, sean hombres o mujeres, nos los adjudican solamente a nosotras. Por ejemplo, en el Orfelinato de la Pieta, en el que Vivaldi, daba clases y disponía de una orquesta formada por las estudiantes (solo chicas), encontramos el nombre de la compositora LAVINIA FUGGITA que en una carta dice lo siguiente "... no podía hacer otra cosa, no me habrían tomado en serio, nunca me permitirían componer. Que desgracia para mi si ellos se dan cuenta", por lo que para que no la descubrieran esta mujer imitó la letra del Maestro Vivaldi en su composiciones.



Elisabeth-Claude Jacquet de la Guerre (1666-1729). Hija de maestros fabricantes de clavecines e intérpretes de dicho instrumento. Siendo hija de Claude Jacquet una organista de la iglesia Ile-Saint Louis de París. Tiene tres hermanos, Nicolas, Anne y Pierre, los cuales son todos músicos. Elisabeth comenzó la interpretación de instrumentos de tecla a edad muy temprana, siendo presentada por su padre a Luis XIV, con sólo cinco años de edad. Comenzó tocando en la corte, donde deleitaba con emoción dedicatorias a las personas de la corte hasta la muerte del rey. En 1684 se casó con Marin de la Guerre, un organista, y se mudó a París, donde siguió actuando en conciertos y lecciones particulares y donde todos los grandes músicos de la ciudad llegaban a oírla tocar el clave. En el año 1700, quedó divorciada, y, siendo el suceso más trágico en su vida, también perdió a su único hijo con diez años de edad, siendo al igual que su madre un prodigio del clave.

Madame de Montespan, amante del rey, quedó vivamente impresionada por lo que la invitó a vivir en Versalles. En 1687 publica un libro de piezas para clave mezclando los estilos francés e italiano como su contemporáneo Couperin. Fue la primera compositora francesa que escribió óperas., “Jeux à l’honeur de la victoire”, “Céphale et Procris” estrenada esta última en 1694. Trabajó después en la sonata trío, forma que adoptó lo mismo que Couperin. La influencia italiana se pone de manifiesto en la forma de los temas, la expresividad de los movimientos lentos en las primeras y en el virtuosismo de las segundas. Compuso también en 1707 tres volúmenes de cantatas. Los dos primeros volúmenes son únicos en Francia porque tienen como temas historias de la Biblia y particularmente historias de mujeres como Susana, Ester y Judit.